¿Cómo fortalecer las defensas en épocas de estrés?
En los últimos años son numerosos los estudios que han analizado y estudiado la compleja relación entre la mente y uno de los sistemas más importantes para nuestra salud, el sistema inmunitario. Expertos en el campo reafirman la influencia recíproca entre el sistema inmune, el sistema nervioso y el sistema endocrino.
¿Cómo afecta el estrés a nuestras defensas?
El estrés puede disminuir la respuesta inmunitaria debido a la liberación exagerada y sostenida de adrenalina y cortisol. Algunos de los principales efectos derivados de este hecho en el sistema inmune podrían ser:
- Cansancio persistente
- Caída del cabello
- Resfriados recurrentes
- Alergias frecuentes
- Heridas que tardan en cicatrizar
¿Por qué tenemos una mayor predisposición a enfermar en situaciones de estrés?
El estrés es una reacción fisiológica que tiene el cuerpo frente a un desafío o una demanda, preparándonos física y psicológicamente para enfrentarnos a un peligro o para huir de él.
Es beneficioso si aparece de forma aguda (asociada al estrés positivo), ya que, nos ayuda a cumplir ciertos objetivos del día a día. El problema aparece cuando el estrés se prolonga durante un tiempo más extenso y adopta la forma del estrés crónico o estrés negativo, momento a partir del cual deja de ser adaptativo.
¿Cómo se puede mitigar el efecto del estrés?
El estrés no es solo una respuesta del organismo ante la inconveniencia de una determinada situación. Si fuera crónico podría convertirse en un ataque para nuestro organismo y poco a poco afectar a nuestra salud de manera negativa.
Es por eso, que vivir bajo estrés constante, compromete de muchas formas nuestros mecanismos de defensa. Y a pesar de que vivimos en un mundo en el que es difícil luchar contra constantes ataques emocionales, hay muchas estrategias orientadas a disminuir su efecto ya que servirán para relajar la mente y por tanto, el sistema nervioso.
Una de las principales, es descansar adecuadamente, puesto que la privación de sueño representa una gran fuente de estrés crónico en el organismo.
Por otro lado, la meditación, los ejercicios de respiración, el ejercicio físico, recibir sol, hacer yoga, llevar una alimentación equilibrada y leer son actividades que ayudarán a regular el estrés y la ansiedad. Dedicar un momento de tu día a día a alguna de estas actividades, marcará la diferencia en tu salud. Tu mente y tu sistema inmunológico te lo agradecerán.
Recuerda que tu sistema inmunitario es tu mejor defensa para combatir cualquier patología, por este motivo es necesario mantenerlo en plena forma.
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